Hoy traemos un clásico de nuestra gastronomía, pero eso sí, que sea un clásico no significa que no esté delicioso. Esperemos os guste.
En La Tienda de Sami te enseñaremos como realizar esta receta en unos pocos pasos.
Pollo al Ajillo
Este Pollo al Ajillo es una receta clásica española llena de sabor gracias al ajo y las hierbas aromáticas.
Ingredientes
- 1 pollo entero (aproximadamente 1,5 kg) o piezas de pollo (muslos, pechugas, etc.)
- 6-8 dientes de ajo, pelados y picados finamente
- 1/2 taza de vino blanco seco
- 1/4 taza de caldo de pollo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 ramita de romero fresco (o 1/2 cucharadita de romero seco)
- 1 ramita de tomillo fresco (o 1/2 cucharadita de tomillo seco)
- Sal y pimienta al gusto
- Perejil fresco picado para decorar
Preparación
- Lava y seca bien el pollo con papel de cocina. Corta el pollo en piezas más pequeñas si lo deseas, como muslos, pechugas, alas, etc. Sazona el pollo con sal y pimienta al gusto.
- En una sartén grande o cazuela, calienta el aceite de oliva y la mantequilla a fuego medio-alto.
- Agrega el pollo a la sartén y dora cada pieza por todos lados hasta que estén bien doradas. Retira el pollo de la sartén y resérvalo.
- En la misma sartén, agrega los ajos picados y saltea durante unos segundos hasta que liberen su aroma.
- Vierte el vino blanco en la sartén y raspa cualquier trozo dorado del fondo (esto agregará sabor a la salsa).
- Agrega el caldo de pollo, el romero y el tomillo a la sartén. Coloca nuevamente el pollo en la sartén.
- Cubre la sartén y cocina a fuego medio-bajo durante unos 30-40 minutos, o hasta que el pollo esté bien cocido y tierno. Remueve ocasionalmente y asegúrate de que la salsa se reduzca y espese ligeramente.
- Ajusta la sazón con sal y pimienta según sea necesario.
- Sirve el pollo al ajillo en platos individuales, bañado con la deliciosa salsa de ajo y vino blanco.
- Decora con perejil fresco picado antes de servir.
Puedes acompañarlo con patatas asadas, arroz blanco o una ensalada fresca.
¡Ya se nos ha hace la boca agua de pensarlo!
